Camisas azules, botines negros y fanatismos ciegos

La responsable de la refundada Sección Nacional Femenina, Isabel Medina Peralta, durante la manifestación del pasado 13 de Febrero en homenaje a la División Azul /  Agencia EFE

 
Sábado 13 de Febrero de 2021, cementerio de La Almudena en Madrid. En torno a unas trescientas personas se concentran frente al mausoleo erigido en recuerdo a los caídos de la División Azul, ataviados muchos de ellos con camisas azules, botines negros, cabezas rapadas y odio, mucho odio. Pero seamos francos, este tipo de manifestaciones se llevan dando con más o menos asiduidad durante los últimos años en fecha concretas y especiales para los movimientos nacionalsocialistas y fascistas en España. Entonces, ¿Qué tiene de peculiar la concentración del pasado sábado? A mi parecer hay dos motivos de peso. Por un lado la aparición de la figura de Isabel Medina, una chica de tan solo 18 años autodenominada dirigente de la Sección Nacional Femenina, heredera de la llamada Sección Femenina (SF), grupo extinto en 1976 que formaba parte de la Falange Española y que tenía como fin procurar un rol específico de la mujer durante el régimen franquista; y que protagonizó las declaraciones más sonadas de aquel día, entre las que podemos señalar las siguientes:

Es nuestra suprema obligación luchar por España y luchar por una Europa ahora débil y liquidada por el enemigo, un enemigo que siempre va a ser el mismo, aunque con distintas máscaras: el judío. Nada más certero que esta afirmación: el judío es el culpable.

- (...)Y quienes sobrevivieron a Krasni Bor, y al cielo de la estepa rusa, se fueron de nuevo a retar a la providencia en Berlín, junto la unidad Carlomagno y las SS, por defender la capital de lo que sería mil años de grandeza y de gloria. 

- Tenemos en nuestras venas la sangre de los soldados más brillantes que han visto la historia. Nosotros somos un pueblo de guerreros, un pueblo de combatientes y nosotros, mejor que ningún otro pueblo, sabe lo que significa dar la vida por un ideal.

Nada nuevo bajo el cielo, vamos. Con la única diferencia de que quien protagoniza este tipo de soflamas no se corresponde con la imagen del típico "facha", tan reconocible en nuestro inconsciente colectivo sino que, con inevitable cara de estupefacción vemos que se trata de una mujer joven y menuda quien vocifera esta sarta de barbaridades. Se convierte en digna heredera - y así lo reconoce en varias entrevistas - del artífice de los postulados del movimiento fascista, Ramiro Ledesma Ramos, personaje que traté con anterioridad en un artículo que fecha de Noviembre del año 2019 titulado Vox ¿Populi?, el cual animo a leer a los lectores que quisieran ahondar en la base filosófica y dialéctica del fascismo español, ya que en él realizo una breve autopsia de sus fundamentos teóricos.

Retomando los motivos de peso que citaba con anterioridad, los cuales me parecen cruciales para entender el revuelo mediático surgido a partir de la concentración neonazi y fascista del pasado sábado, me dispongo a exponer el segundo: la detención del rapero Pablo Rivadulla Duró, más conocido como Pablo Hasél.

La condena de nueve meses de prisión ejecutada por la Audiencia Nacional para el rapero catalán ha incendiado las redes, con numerosas reivindicaciones sobre la libertad de expresión y sus límites dentro del estado español, y también ha provocado varias manifestaciones con actos vandálicos en Barcelona y Madrid. A Hasél se le acusa de injurias a la corona, a las instituciones del Estado y enaltecimiento del terrorismo de bandas como ETA o los GRAPO, tanto en sus canciones como en decenas de tuits colgados en la red entre los años 2014 y 2018. Recojo a continuación ejemplos de estos mensajes publicados en su cuenta de Twitter:

Cuando la policía utilice sus armas contra los opresores y no contra los oprimidos, empieza a contarnos que son aliados. (17/03/2016)

Las manifestaciones son necesarias pero no suficientes, apoyemos a quienes han ido más allá. (14/03/2016)

Por más millones que inviertan en manipulación, por más que sean "intocables", la monarquía pasará a la historia como los parásitos que son. (25/01/2016)

Por otro lado, algunos extractos de letras de canciones que incluyeron como pruebas en los juicios:

No me da pena tu tiro en la nuca, pepero. Me da pena el que muere en una patera. No me da pena tu tiro en la nuca, socialisto.

Prefiero grapos que guapos. Mi hermano entra en la sede del PP gritando ¡Gora ETA! A mí no me venden el cuento de quiénes son los malos, sólo pienso en matarlos.

Que alguien clave un piolet en la cabeza de José Bono.

Pablo Hasél, detenido por los Mossos el 16 de Febrero en el rectorado de la Universitat de Lleida / Europa Press

El controvertido rapero no solo fue condenado por sus letras y sus publicaciones en la red social Twitter, fundamentos que a mi parecer requieren de una revisión jurídica urgente; pero los límites de la libertad de expresión y su disyuntiva prefiero reservarlos para otra ocasión, sería mucha leña que cortar de una sola sentada. Como estaba diciendo, a los mensajes y canciones también se le suman dos condenas más por una agresión a un periodista del canal TV3 el 2 de Junio de 2016 durante un encierro en la misma universidad de Lleida, y una última por agredir a un hombre que declaró como testigo en un juicio contra un guardia urbano por una presunta agresión de este a un menor, hechos que tuvieron lugar a fecha del 18 de Octubre de 2017.

Todo lo que acabo de redactar hasta ahora le sonará más o menos a la gran mayoría de los lectores y lectoras pero, ¿a dónde quiero llegar con esto? Pues bien, a mi juicio tanto Isabel Medina como Pablo Hasél tienen mucho más en común de lo que ellos mismos creen y de lo que la propia opinión pública piensa. Ambos resultan ser vestigios de sujetos cuasi extintos, más propios de principios del siglo XX y sus convulsas sociedades que de nuestro presente. También les une de manera sutil su vehemencia y obcecación hacia sus respectivos ideales, por descontado ambos verdaderos, únicos y justos; que pueden y suelen llegar a provocar admiración por parte del vulgo de su tribu. Una devoción que llega a tales cotas que transforman a la persona de carne y hueso en mártir, en símbolo perpetuo de la más justa de las causas que, por su ímpetu y arrojo en la difusión de esta, le conducirá heroicamente a coronar su testa con espinas bajo el cobijo de la sacrosanta cruz, si se me permite la analogía. Hasél, a sus 32 años, ya ha pasado a formar parte de este grupo reducido de mesías y supuestos libertadores del pueblo, con lo que no tardarán en producir camisetas y todo tipo de merchandising con su efigie en compensación a su sacrificio. 

Por otro lado, la joven fascista Isabel aún acaba de empezar su viaje de iniciación hacia su canonización como mártir de la causa nacionalsocialista por su encomiable labor y lucha por la supervivencia de la civilización occidental frente al eterno enemigo: el sionismo. Y no es que lo diga yo, es que ella misma lo reconoce y hace alarde de todo esto en la entrevista que el periódico El Mundo le realiza a fecha de 17 de Febrero. A continuación recojo varias preguntas con sus respectivas respuestas:

PHas dicho que llevas cinco años militando. ¿Cómo llega una niña de 13 años a este mundo?

RPues muy a pesar de mis padres y de familia, a costa de que no me dirijan la palabra. Me gustaba la Filosofía, tenía muchas inquietudes literarias y cuando hacía pellas, me iba al Museo del Prado o a leer a una cafetería. Me llamaba la atención entonces que en todas partes el fascismo siempre fuera el enemigo. ¿Por qué? Me puse a investigar, leí a sus pensadores y me enamoré del fascismo. Voy a entregar mi vida y a luchar por él hasta las últimas consecuencias.

P. De todo lo que odias, ¿Qué es lo que más odias?

R. Odio tener que odiar algo y tener que dar un discurso de violencia. Ojalá este fuera un mundo idílico en el que no hiciera falta luchar por nada ni por nadie, pero vivimos en una sociedad que necesita ser salvada aunque ella no lo sepa. Nos ven como demonios y enemigos del mundo cuando sólo queremos salvarlo.
P. ¿Te ves en la cárcel dentro de 20 años?
R. Y dentro de menos...
P. ¿Por?
R. Porque no me voy a callar. Ni voy a pedir perdón. Ni voy a desaparecer. No voy a parar de hacer lo que hago y sé que me traerá consecuencias legales, pero me es indiferente. El cementerio está lleno de valientes.

Podemos observar el carácter mostrado por la joven durante la entrevista con solo estas tres preguntas que traigo al lector/a. Es consciente desde un principio que su postura y exposición a la opinión pública de su ideología le acarreará numerosos problemas, dirigiéndose con cierta seguridad a la cárcel si persiste con este tipo de discursos de odio. Es más, La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) ha interpuesto una demanda por lo hechos acaecidos en el cementerio de La Almudena al poco de conocerse los mismos, con lo que todo apunta a que Isabel podrá empezar a revestirse como una vestal ante sus seguidores, dando de esta manera la vida por mantener la llama viva del fascismo dentro de su particular y antisemita templo de Vesta.

Nunca dejará de asombrarme la percepción de la realidad por parte del fanático, la actitud con la que se enfrenta y la relación que crea con la misma. La rigidez extrema de criterio y la obsesión con un mismo tema llega a rozar el análisis patológico. Como si de un caso de gangrena psicológica se tratara, con el paso del tiempo la infección va destrozando tejido neuronal si no se diagnostica con la antelación necesaria, lo que termina afectando a todas las capacidades cognitivas del sujeto. Llegada esta etapa de desalojo de cualquier idea, opinión o sentimiento contrario al dominante, provoca la falsa sensación de ensanchamiento de entendederas del fanático creyendo por ello haber encontrado la respuesta a todas las preguntas, que a estas alturas ya son muy pocas, que asolan al individuo. Pero tramposo método es este que se explica, ya que trata en la eliminación sistemática de preguntas, lo que provoca un exhaustivo filtrado de las respuestas, en vez de profundizar en la búsqueda de conocimientos que permitan y promuevan el planteamiento de cuestiones más ricas en matices y con marcado carácter radical de los asuntos a tratar y/o de interés para el individuo.

Cabe resaltar que el fanático es inútil para sí mismo, pero extremadamente provechoso para otros. No es de extrañar que los mejores soldados, integrantes de los batallones más fieles e impetuosos como la División Azul que combatió en Krasni Bor o los Jemeres Rojos de Camboya, estén formados por este tipo de individuos, convirtiéndose de esta manera en verdaderas máquinas de aniquilación. En glorioso destino se convierte dar la vida por un ideal, romántica proeza para aquellos que no son capaces de ver los hilos que mueven sus extremidades y el visceral odio que emponzoña sus almas.

El fanatismo es una sobrecompensación de la duda dijo una vez Carl Gustav Jung, y me temo que sabía muy bien de lo que hablaba. Muy a nuestro pesar.

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